viernes, enero 12, 2007

119

Con lino de gracias tuyas
atarás mis manos, Madre.
y yo con palabras mías
al Dios que llevó tu carne.

Buen cambio, Señora,
me dejas que gane.

Eleva mi corazón
dorado de gracias tuyas
-patena de cuerpo blanco
y cáliz de sangre pura-

Entre tierra y cielo
hacia las alturas.