viernes, diciembre 29, 2006

120

¡Ven, Madre!
Quiero llorar, llorar entre tus brazos.

¿Verdad que Tú me entiendes?
No me entienden,
ni yo entiendo a los hombres.

Ellos, ¿qué saben?
Y yo, ¿qué se de mi?
Soy misterio irritante
para mis ojos.
Los gritos desde el alma solo los oyes Tú.

¿Qué tengo, qué me pasa?
No puedo ni llorar.

No te canses de mi si corto con mis gritos
a tormenta de sombras, esta tarde.
Madre, ¡si fueras rosa
que me sanara solo con mirarte!