domingo, julio 23, 2006

139

Tengo el alma abierta
y no se si sale
o no se si entra
un aire con silbos de paz y tristeza.

Tengo el alma quieta.

Y tiemblan las ramas del malinche rojo
sin luz. Tarde muerta.
El lago cortado
con voz (¿hoz?) amarilla de hojas de palmera.
Alguna ola es blanca
-no se si entra o sale- en la tarde muerta.

No llegan las olas
ni los montes mudos, de grises siluetas.
Quizá no me muevo
quizá mi alma espera
algo muy lejano, que no vendrá nunca
un amor,
un beso que nunca se acerca.

Quizá no estoy triste
quizá mis deseos ni salen, ni entran.